Narcodespensas en plena crisis: Presuntos miembros del CJNG reparten ayuda a damnificados en Tihuatlán, Veracruz
Tihuatlán, Veracruz – 14 de octubre de 2025 – En medio del caos provocado por las inundaciones que han devastado el norte de Veracruz, un video viral ha sacudido las redes sociales: presuntos integrantes del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) entregando despensas a familias damnificadas en Tihuatlán, mientras anuncian abiertamente: “¡De parte del Cártel Jalisco Nueva Generación!”. La escena, captada el 10 de octubre tras el desbordamiento del río Cazones, muestra a hombres armados con fusiles de asalto calibre 7.62 mm y 5.56 mm, uniformes tácticos y pasamontañas, descargando bolsas de víveres desde camionetas. Instruyen a la multitud –que forma filas ordenadas– a mantener la calma: “Fórmense, fórmense por favor”, se oye en el clip, mientras gritos apuran el reparto y ayudan a cargar las provisiones.
Las despensas, transparentes y marcadas con etiquetas negras que rezan “CJNG Octubre 2025” junto a símbolos de diablos y tridentes, contienen básicos como papel higiénico, azúcar, enlatados y productos de higiene. El video, difundido ampliamente en plataformas como X y TikTok, ha generado miles de vistas y debates acalorados sobre la “narcocaridad” en tiempos de desastre. Hasta ahora, ni autoridades estatales ni federales han confirmado la autenticidad del material, pero la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo lo ha calificado de “no está bien eso”, afirmando que no hay “certeza” de que sea real y que las fuerzas armadas –Ejército, Marina y Protección Civil– analizan el footage. “Estamos enviando despensas y maquinaria pesada este fin de semana”, aseguró Sheinbaum, destacando 24 vuelos de rescate y la llegada de apoyo de la CDMX y estados vecinos.
El contexto de la tragedia: Inundaciones que rebasan al Estado
Las lluvias torrenciales del 9 y 10 de octubre, alertadas por Conagua, provocaron el desborde del río Cazones y afectaron gravemente el corredor Papantla-Poza Rica-Álamo-Tuxpan, dejando calles convertidas en ríos, viviendas anegadas y miles de familias sin agua potable ni alimentos. En Veracruz, al menos 64 personas han perdido la vida en total por las inundaciones –sumadas a decenas de desaparecidos en Puebla, Hidalgo y Querétaro–, con reportes de lentitud en la respuesta oficial que ha exacerbado la desesperación. La gobernadora Rocío Nahle García enfatizó el puente aéreo iniciado el sábado, con 86 rescates, incluyendo mujeres embarazadas, y la intervención de la SIOP para limpieza.
Tihuatlán, un municipio petrolero de unos 50 mil habitantes en la Huasteca veracruzana, no es ajeno a la violencia: es zona de disputa entre el CJNG, el Cártel del Noreste y remanentes de Los Zetas, según reportes de inteligencia. Este “apoyo” llega en un momento de vulnerabilidad extrema, donde la ausencia estatal abre puertas a actores ilícitos.
Reacciones y el dilema ético
La sociedad veracruzana está dividida. Algunos damnificados, en comentarios anónimos en redes, expresan gratitud por la ayuda inmediata (“Ni cómo culparlos, el gobierno no llega”), mientras otros la rechazan por temor a represalias. Sheinbaum reiteró: “El apoyo debe venir de las instituciones, no de quienes delinquen”. La Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) monitorea la zona, pero no se reportan detenciones.
Este episodio pone en jaque la gobernabilidad en Veracruz, un estado con historia de infiltración criminal. ¿Solidaridad o estrategia? Mientras las aguas bajan, la pregunta persiste: ¿quién llena el vacío cuando el Estado flaquea? Las autoridades federales prometen acelerar la reconstrucción, pero en Tihuatlán, el eco de “De parte del CJNG” resuena como un recordatorio incómodo de las grietas en el tejido social.
