ESINFORMATIVO.MX

QUERMOS DARTE LAS MEJORES NOTICIAS SELECCIONA TU REGIÓN
SE PUEDE CAMBIAR TU REGIÓN DESPUES

ES INFORMATIVO

Trump coquetea con un tercer mandato: ¿Reforma constitucional o fantasía política? La 22ª Enmienda en la mira

Washington D.C., 28 de octubre de 2025 .— A menos de un año de haber iniciado su segundo mandato no consecutivo, el presidente Donald Trump ha vuelto a avivar el debate sobre un posible tercer período en la Casa Blanca, al insinuar en una entrevista reciente que “no lo descarta” y que “le encantaría” intentarlo. Sin embargo, cualquier aspiración de este tipo chocaría de frente con la 22ª Enmienda de la Constitución de Estados Unidos, ratificada en 1951 para limitar a dos los mandatos electos de un presidente, precisamente como respuesta a los cuatro períodos de Franklin D. Roosevelt. Para sortear esta barrera, aliados de Trump en el Congreso han propuesto reformas constitucionales, aunque expertos las califican de “imposiblemente difíciles” de lograr en el clima polarizado actual. 

En una charla con NBC News el fin de semana, Trump —quien ganó las elecciones de 2016 y 2024— evadió preguntas directas sobre su futuro político post-2028, respondiendo con ambigüedad: “No he pensado mucho en eso, pero tengo los mejores números de encuestas que he tenido nunca”. El mandatario descartó explícitamente un “truco” sugerido por algunos seguidores: postularse como vicepresidente en 2028 para asumir el cargo si el titular renuncia, citando la 12ª Enmienda que prohíbe a quien no sea elegible para presidente serlo para vicepresidente. “No lo haré de esa manera”, aclaró, aunque no cerró la puerta a otras vías. Esta no es la primera vez que Trump flirtea con la idea; en marzo, durante una entrevista con “Meet the Press”, afirmó que “no bromeaba” sobre métodos para “circunvenir” el límite constitucional, y en mayo, ante la Asociación Nacional del Rifle, preguntó a la audiencia si sería “considerado de tres términos o dos”. 

El impulso legislativo para habilitar un tercer mandato cobró forma en enero, apenas tres días después de la inauguración de Trump. El republicano Andy Ogles, representante de Tennessee y ferviente aliado del presidente, presentó una resolución en la Cámara de Representantes para enmendar la 22ª Enmienda. La propuesta elevaría el límite a tres términos electos, con una cláusula que impediría mandatos adicionales tras dos consecutivos —una redacción que, según críticos, busca beneficiar específicamente a Trump sin abrir la puerta a rivales como Barack Obama—. “Trump ha demostrado ser el único capaz de revertir el declive de nuestra nación y restaurar la grandeza de América; debe tener el tiempo necesario para lograrlo”, argumentó Ogles en su comunicado. 

Sin embargo, el camino para aprobar tal cambio es empinado: requiere una mayoría de dos tercios en ambas cámaras del Congreso (o una convención constitucional convocada por dos tercios de los estados) y ratificación por tres cuartos de las legislaturas estatales (38 de 50). Con un Congreso dividido —republicanos con mayorías estrechas de 219-213 en la Cámara y 53-47 en el Senado— y solo 28 legislaturas estatales bajo control GOP, las probabilidades son mínimas. “Es imposiblemente difícil; no hay apetito real en el Congreso ni en los estados”, advierte Laurence Tribe, profesor emérito de Harvard Law, quien califica la iniciativa como “una fantasía MAGA más que una propuesta seria”. 

La oposición demócrata no se ha quedado callada. En noviembre de 2024, el representante Dan Goldman de Nueva York introdujo una resolución reafirmando que la 22ª Enmienda aplica a términos no consecutivos, cerrando cualquier “laguna” interpretativa. “Esto no es una broma; Trump está lanzando globos sonda para probar los límites constitucionales”, denunció Goldman, recordando que la enmienda fue diseñada para prevenir precisamente abusos de poder como los cuatro mandatos de FDR. 11 Figuras como el senador republicano Markwayne Mullin de Oklahoma han rechazado la idea: “No cambiaré la Constitución a menos que el pueblo americano lo elija”. 

Analistas ven en estas declaraciones un patrón: Trump usa el “tercer mandato” como herramienta retórica para mantener la lealtad de su base y desviar atención de desafíos como la economía o litigios pendientes. “Es un sueño de pesadilla liberal y un anhelo MAGA, pero la Constitución es clara: dos términos y punto”, opina Erwin Chemerinsky, decano de UC Berkeley Law. Mientras tanto, la Casa Blanca no ha comentado oficialmente la resolución de Ogles, y Trump ha promocionado mercancía como gorras “Trump 2028” en su tienda en línea, avivando especulaciones. 

En un país donde la polarización alcanza récords —con un 41% de estadounidenses en pobreza según datos recientes del Census Bureau—, la noción de extender el poder presidencial choca con la tradición republicana de límites rotativos. ¿Reforma histórica o mera provocación? Mientras Trump gobierna su último mandato constitucional, el debate sobre la “grandeza americana” se tiñe de tintes autoritarios. La pelota está en el terreno de la Corte Suprema y las urnas de 2028: ¿sobrevivirá la 22ª Enmienda intacta?


Te puede interesar