Susana Zabaleta denuncia extorsión y robo en su casa: “México no es seguro”, un grito de hartazgo en plena vacaciones
Ciudad de México, 28 de octubre de 2025 .— La actriz y cantante Susana Zabaleta, ícono de la escena mexicana con papeles memorables en telenovelas como Rosario Tijeras y películas como Sexo, pudor y lágrimas, interrumpió sus ansiadas vacaciones de octubre para denunciar un robo en su domicilio capitalino. El incidente, que involucró una extorsión telefónica a su empleada doméstica, dejó a la artista despojada de objetos valiosos y visiblemente consternada, en un testimonio que se viralizó en redes sociales y reavivó el debate sobre la inseguridad en México.
Todo comenzó el domingo 26 de octubre, cuando Zabaleta, de 61 años, disfrutaba de un merecido descanso en el extranjero junto a su pareja, el comediante Ricardo Pérez, integrante de La Cororrisa. A mediodía, un mensaje de texto “raro” y de remitente desconocido la alertó. Inmediatamente llamó a su casa en la alcaldía Álvaro Obregón, donde descubrió que delincuentes habían extorsionado a la trabajadora del hogar para que facilitara la sustracción de bienes de valor —joyas, documentos y otros artículos personales—. “Extorsionaron a la muchacha que trabaja en mi casa para sacar las cosas valiosas, todas las cosas valiosas de mi casa”, relató la soprano en un video publicado en sus historias de Instagram, con voz entrecortada y expresión de incredulidad.
El modus operandi, conocido como la estafa “la patrona”, es una táctica recurrente en la Ciudad de México: los criminales llaman fingiendo ser familiares o conocidos de la empleada en apuros, exigiéndole que saque objetos del hogar bajo amenaza de violencia. Zabaleta no detalló el monto de las pérdidas ni los objetos exactos robados, pero enfatizó el impacto emocional: “De un día que amaneció increíble, maravilloso, se convirtió en un terror”. Horas después, en otro clip desde un teatro de ópera —donde Pérez la sorprendió con una salida romántica—, la actriz se mostró agridulce: “Estoy triste por el robo, pero contenta por estar con él”.
Este no es un episodio aislado para Zabaleta. En mayo de 2015, mientras actuaba en una función teatral, su hogar fue allanado y saqueado por ladrones que ingresaron directamente. “Han entrado a robar a mi casa, me han robado en la calle, me han extorsionado en la calle… parece que uno nunca acaba de pagar y pagar y pagar”, lamentó en su denuncia virtual, un reclamo que resonó con miles de seguidores y celebridades. Su llamado a la precaución culminó en una advertencia cruda: “Tengan cuidado, por favor, México no es seguro, hay que tener mucho cuidado”. 1
La Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la CDMX confirmó el incidente en un comunicado oficial, detallando que el robo ocurrió en Álvaro Obregón y que ya se inició una carpeta de investigación. Fuentes policiales indicaron que se revisan cámaras de vigilancia y testimonios de la empleada, aunque no se reportan detenciones hasta el momento. 6 El caso se suma a una oleada de asaltos similares contra figuras públicas: la conductora Pati Chapoy sufrió la misma estafa “la patrona” en 2023, mientras que el fallecido Daniel Bisogno y el cantante Miguel Bosé han denunciado robos en sus residencias en años recientes.
En redes, el testimonio de Zabaleta generó una avalancha de solidaridad: hashtags como #InseguridadEnMéxico y #FuerzaSusana acumularon miles de menciones, con usuarios compartiendo experiencias propias de extorsión. Analistas en seguridad, como el criminólogo Javier Oliva, contextualizan el suceso en el auge de fraudes cibernéticos post-pandemia: “Estas estafas explotan la vulnerabilidad emocional de las víctimas, y en un país con más de 100 mil robos domiciliarios al año según el Secretariado Ejecutivo, las celebridades no son inmunes”.
Mientras Zabaleta regresa de sus vacaciones con el peso de esta nueva afrenta —y en medio de rumores recientes sobre su relación con Pérez, desmentidos por ambos—, su denuncia trasciende lo personal: es un recordatorio brutal de que, en México, ni el éxito ni las vacaciones garantizan paz. “¿Hasta cuándo vamos a seguir pagando?”, se pregunta la artista. La respuesta, como el país mismo, pende de un hilo frágil.