Miles protestan en Michoacán por el asesinato de Carlos Manzo: “¡El gobierno lo mató!”

Morelia, Michoacán, 3 de noviembre de 2025 – Miles de personas tomaron las calles de Uruapan y Morelia este fin de semana en una explosión de indignación por el asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo Rodríguez, perpetrado la noche del 1 de noviembre durante el Festival de Velas del Día de Muertos. Lo que comenzó como un homenaje póstumo al líder independiente se transformó en marchas masivas que culminaron en disturbios, irrupciones en edificios públicos y enfrentamientos con la policía, dejando un saldo de ocho detenidos y daños materiales en el Palacio de Gobierno estatal. “¡Carlos no murió, el gobierno lo mató!”, coreaban los manifestantes, reflejando un hartazgo colectivo contra la impunidad del crimen organizado y la supuesta inacción de las autoridades.

Las protestas, que sumaron al menos 2,000 participantes según estimaciones de organizaciones civiles, se extendieron desde el cortejo fúnebre en Uruapan –donde cientos acompañaron el féretro de Manzo en un caballo blanco hasta la Plaza Morelos, el sitio del crimen– hasta una marcha en Morelia que inició pacíficamente a las 16:00 horas del domingo. Portando pancartas con mensajes como “Justicia para Manzo” y “Basta de tanto crimen”, los inconformes exigieron la renuncia del gobernador Alfredo Ramírez Bedolla, de Morena, y mayor apoyo federal para combatir la violencia en Michoacán, el séptimo estado más homicida del país en 2025.

En Uruapan, el ambiente se caldeó durante el funeral en la Funeraria San José, donde el gobernador Bedolla fue abucheado y casi expulsado a empujones por la multitud, que lo acusó de negligencia en la protección al edil. “¡Fuera Morena!”, gritaban, mientras mariachis interpretaban “Cielito Lindo” en honor al “alcalde del sombrero”, como se le conocía por su icónico atuendo. La viuda de Manzo, Grecia Quiroz, pronunció un emotivo discurso desde la plaza principal, clamando: “Carlos luchó por un Uruapan sin miedo, y ahora nos toca a nosotros seguir su ejemplo”. Su muerte, la sexta de un alcalde en México este año y la tercera en Michoacán, ha elevado la cifra de funcionarios locales ultimados por el narco a más de 150 en los últimos 15 años.

De la marcha a la furia: Irrupción en el Palacio de Gobierno

En Morelia, la manifestación –convocada por colectivos estudiantiles, productores aguacateros y madres buscadoras– avanzó por el centro histórico hasta el Palacio de Gobierno, donde un grupo de encapuchados forzó la entrada principal alrededor de las 18:00 horas. Videos difundidos en redes sociales muestran cómo manifestantes arrojaron muebles y objetos por las ventanas, rompieron cristales y pintaron consignas en las paredes: “Fuera Bedolla” y “No más impunidad”. La policía estatal intervino con gases lacrimógenos y detenciones, resultando en ocho arrestos por daños y desórdenes, según la Fiscalía General del Estado de Michoacán, que abrió una carpeta de investigación por los destrozos estimados en cientos de miles de pesos.

“Esto no es solo por Carlos; es por todos los que mueren en silencio”, declaró un estudiante de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, quien participó en la marcha junto a cientos de jóvenes de escuelas públicas y privadas. Las protestas se viralizaron en X (antes Twitter), donde el hashtag #JusticiaParaManzo acumuló miles de menciones, con usuarios compartiendo imágenes del caos y recordando las denuncias de Manzo contra el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), al que señaló por extorsiones en la región aguacatera. “La gente está harta de que el narco mande y el gobierno mire para otro lado”, tuiteó la periodista Fernanda Familiar, resumiendo el sentir colectivo.

Organizaciones como el Consejo Coordinador Empresarial de Michoacán (CONCAEM) emitieron un comunicado condenando el asesinato y alertando sobre el “deterioro acelerado de la seguridad”, exigiendo acciones inmediatas. En redes, se convocó a nuevas movilizaciones para este lunes, incluyendo paros estudiantiles y bloqueos en carreteras, sumándose a una marcha nacional planeada para el 15 de noviembre contra la violencia.

Reacciones oficiales: Condenas y promesas de acción

El gobernador Bedolla, quien desplegó a la Guardia Nacional para reforzar la seguridad en Uruapan y Morelia, condenó los “actos vandálicos” pero reconoció el “dolor justificado” de la ciudadanía. “No permitiremos que la violencia nos divida; trabajaremos con el gobierno federal para esclarecer este crimen”, afirmó en un mensaje en X, negando cualquier colusión con el narco. Sin embargo, familiares de Manzo contradijeron esta versión: pese a que el secretario de Seguridad federal, Omar García Harfuch, aseguró que el alcalde contaba con 14 escoltas de la Guardia Nacional desde principios de 2025, su viuda denunció que las peticiones de protección adicional fueron ignoradas en los últimos meses.

Desde la Ciudad de México, la presidenta Claudia Sheinbaum, quien convocó de urgencia a su Gabinete de Seguridad, reiteró su condena “con absoluta firmeza” al “vil asesinato” y extendió condolencias a la familia. “Garantizamos que no habrá impunidad; profundizaremos la cooperación con Estados Unidos en materia de inteligencia contra los cárteles”, declaró en conferencia, anunciando una visita inminente a Michoacán. Harfuch, por su parte, reveló que el arma del atacante abatido en el lugar del crimen está ligada a dos agresiones previas entre facciones rivales, y confirmó la detención de dos sospechosos más.

Michoacán al borde: Un legado de resistencia y un llamado a la unidad

El asesinato de Carlos Manzo, de 42 años, no es un hecho aislado en un estado disputado por el CJNG, Los Viagras y La Familia Michoacana, donde la producción de aguacate se ha convertido en botín de guerra. Elegido como independiente en 2024, Manzo se desmarcó de Morena –su partido original– para denunciar abiertamente la corrupción y exigir “armas y no abrazos” contra el narco. Su lema, “No transo”, inspiró a productores y familias que hoy lo ven como un mártir de la resistencia civil.

Las protestas de este fin de semana, que incluyeron quema de piñatas con la efigie del gobernador y el entonamiento del himno nacional en medio del caos, subrayan un México al límite. “Uruapan no estás solo”, rezaba una pancarta en Morelia, simbolizando la solidaridad que trasciende fronteras estatales. Mientras la Fiscalía avanza en la indagatoria –sin descartar nexos con el CJNG–, la pregunta resuena en las calles: ¿Cuánta sangre más se necesita para que el Estado reclame su territorio?

Manzo deja un legado de valentía: un Michoacán que, entre lágrimas y furia, exige no solo justicia por él, sino un país donde los valientes no mueran en vano. Las manifestaciones continúan, y con ellas, el eco de un pueblo que ya no aguanta más.