Monterrey Apunta Más Alto: Torre RISE Alcanza los 484 Metros y Entra al Top 15 Mundial de Rascacielos
Monterrey, Nuevo León – 6 de octubre de 2025. En un anuncio que consolida a Monterrey como epicentro de la arquitectura audaz en América Latina, los desarrolladores de Torre RISE revelaron hoy un ambicioso aumento en la altura del proyecto, elevándola de 475 a 484 metros. Esta modificación no solo posiciona a la torre como el edificio más alto de México y Latinoamérica, sino que la catapulta directamente al Top 15 de los rascacielos más altos del mundo, superando hitos como la icónica Willis Tower en Chicago (442 metros) y acercándose a gigantes como el One World Trade Center en Nueva York (541 metros). El anuncio, realizado durante una conferencia virtual desde el sitio de construcción en San Pedro Garza García, subraya el compromiso de los promotores con la innovación y el crecimiento urbano sostenible.
Torre RISE, un desarrollo mixto de uso vertical impulsado por el grupo Ancore Development en colaboración con firmas internacionales como Gensler para el diseño arquitectónico, representa el siguiente capítulo en la transformación del skyline regiomontano. Originalmente concebida como un supertall de 475 metros con 99 niveles —incluyendo 94 pisos habitables, cinco sótanos y un pináculo decorativo—, la estructura ahora incorporará extensiones en su spire y niveles superiores para alcanzar los 484 metros. Esta altura revisada, confirmada por ingenieros estructurales tras evaluaciones de viabilidad sísmica y aerodinámica, eleva el proyecto a una nueva categoría global. Según el Council on Tall Buildings and Urban Habitat (CTBUH), con esta medida, Torre RISE se ubicará en el puesto 14 o 15 del ranking mundial, dependiendo de ajustes finales en competidores como la Merdeka 118 en Malasia (678 metros) o la Ping An Finance Center en Shenzhen (599 metros).
El impacto de este aumento va más allá de las cifras. La torre, que se espera complete su fase principal en 2026, integrará 34 niveles de oficinas premium, ocho pisos de hotel de lujo, 21 apartamentos residenciales exclusivos y cuatro niveles comerciales, todo envuelto en más de 4,300 metros cuadrados de áreas verdes verticales y 8,000 metros cuadrados de amenidades como gimnasios, piscinas infinitas y observatorios panorámicos. La construcción, que inició formalmente en 2023 con la fundación de 5,300 metros cuadrados de concreto y 800 toneladas de acero, emplea concreto Vertua de bajo carbono suministrado por Cemex, eliminando el uso de agua potable y priorizando prácticas ecológicas para mitigar el impacto ambiental en una zona propensa a desafíos hídricos. “Este incremento no es solo estructural; es un símbolo de la resiliencia y ambición de Monterrey”, declaró Luis Niño, director de Ancore Development, durante el evento. “RISE no solo tocará el cielo, sino que redefinirá cómo vivimos, trabajamos y conectamos en el siglo XXI”.
Históricamente, los desarrolladores de Torre RISE —responsables también de la adyacente Torre Obispado, actual récord latinoamericano con 305 metros— han demostrado una inclinación por las revisiones al alza. En el caso de Obispado, la altura original de 267 metros se incrementó en etapas hasta superar los 300, desplazando a competidores capitalinos y marcando un hito para la arquitectura regiomontana. Rumores en foros especializados como SkyscraperCity sugerían desde hace meses la posibilidad de un “empuje” hacia los 500 metros, impulsado por avances en tecnología de grúas (tres unidades Jaso J 180 PA que alcanzarán más de 500 metros en su gancho) y la demanda creciente por espacios verticales en una metrópoli que ha visto un auge de 10 rascacielos anuales en la última década, según analistas de Siila.
Esta noticia llega en un momento clave para la economía local. Monterrey, con su ecosistema industrial y tecnológico, enfrenta una demanda explosiva de oficinas clase A y residencias de alta gama, exacerbada por la migración de talento post-pandemia. Torre RISE no solo generará miles de empleos directos durante su construcción —ya en marcha con avances visibles en el núcleo central—, sino que impulsará el turismo arquitectónico, atrayendo visitantes similares a los que acuden al Burj Khalifa en Dubái. Autoridades municipales, incluyendo al alcalde de San Pedro Garza García, han aplaudido el proyecto por su alineación con planes de desarrollo urbano que priorizan la movilidad sostenible, con conexiones directas al sistema Ecovía y estaciones de carga para vehículos eléctricos.
Sin embargo, el anuncio no está exento de debates. Expertos en urbanismo advierten sobre los retos logísticos de una estructura tan elevada en una zona sísmica, aunque los diseños incorporan amortiguadores de masa sintonizada para mitigar vibraciones. Además, grupos ambientalistas celebran las innovaciones verdes, pero urgen mayor transparencia en el consumo energético proyectado. A medida que las grúas se elevan —literal y figurativamente— sobre el horizonte regiomontano, Torre RISE promete no solo alterar la silueta de la Sultana del Norte, sino inspirar una ola de proyectos ambiciosos en toda la región.
Monterrey no sueña en pequeño: con RISE, el norte de México reclama su lugar en el mapa global de la arquitectura vertical. La construcción continúa a paso acelerado, y el mundo observará cómo esta torre se erige como un faro de progreso.
